miércoles, 27 de abril de 2011

ROMEO Y JULIETA

Primer Acto
Galería en el Palacio de Capuleto Capuleto, un noble de Verona, celebra con un baile de máscaras la presentación de su hija Julieta, que cumple quince años de edad. Romeo y varios amigos enmascarados llegan al palacio de sus tradicionales enemigos y desde un ángulo del salón se disponen a observar la magnífica fiesta. De pronto Romeo ve a Julieta sintiendo en su corazón la llama inextinguible del amor. El joven se acerca, ignorando que la niña es una Capuleto, de quien un mar de sangre los separa. Julieta escucha emocionada las cálidas palabras de Romeo, expresándole su naciente presión. Jamás sus oídos han escuchado una frase de amor y su corazón virginal despierta súbitamente. No son dos seres que acaban de encontrarse accidentalmente, son dos prometidos que vuelven a reunirse. Teobaldo se acerca. Rápidamente Romeo se coloca el antifaz, pero ha sido reconocido por el joven Capuleto, quien le recuerda el abismo que separa a ambas familias: el odio se hereda en ellas como si fuese patrimonio. La revelación desconcierta a los enamorados que ignoran sus identidades respectivas que los torna enemigos.
Segundo Acto
Jardín en casa de Julieta Romeo no teme el odio de sus enemigos y con la esperanza de ver a su amada canta al pie de su balcón. Aparece Julieta y ambos jóvenes se abrazan apasionadamente con la complicidad de la luna que alumbra apenas ese cuadro de dos eres que olvidan el odio de sus familias que se cierne sobre sus cabezas. Julieta alerta a Romeo de que alguien se acerca. El joven rápidamente se oculta entre los árboles del jardín. Aparecen varios invitados que vigilan la casa. Vuelve Romeo y el tierno idilio se reanuda, desafiando el peligro de esas entrevistas furtivas.
Tercer Acto
Cuadro Primero: Claustro en un monasterio Romeo visita a Fray Lorenzo en el convento. También Julieta, acompañada por su nodriza, llega hasta el religioso, quien cree ver en el encuentro de los dos enamorados una señal del cielo, la esperanza de poner fin a la lucha entre las dos casas enemigas y bendice secretamente el matrimonio de la pareja. Terminada la ceremonia, Julieta regresa nuevamente a su casa. Cuadro Segundo: Frente posterior del palacio de Capuleto Esteban, el paje de Romeo, canta una canción ofensiva frente a la casa de Capuleto. Sale Gregorio para reprender al insolente, pero al reconocerlo como a uno de los compañeros de Romeo, se dispone a castigarlo severamente. La riña se desarrolla de inmediato sumándose a ella Mercucio y Teobaldo. Llega Romeo quien trata de evitar la lucha, pues no desea combatir contra los parientes de su esposa. Sus propósitos son inútiles ya que el odio de ambos bandos es mayor por toda reflexión. La contienda se reanuda. Teobaldo hiere con su espada a Mercucio. Romeo al verlo caer, no puede dominar la fatal herencia de venganza y empuñando sus armas combate con Teobaldo, dándole finalmente muerte. Teobaldo pide al padre de Julieta que no tarden en vengarlo. Inesperadamente llega el duque de Verona, quien condena a Romeo a ser desterrado por la muerte que acaba de cometer.
Cuarto Acto
Habitación de Julieta Romeo, que debe abandonar Verona, ha logrado introducirse en casa de Capuleto para despedirse de Julieta y obtener su perdón por la muerte de Teobaldo. Tras esa fugaz noche de amor la despedida reviste tristes contornos por la cruel separación que se les impone. Aparecen Capuleto y Fray Lorenzo. Capuleto comunica a la joven que ha resuelto su matrimonio con el conde Paris, el que ha de realizarse sin pérdida de tiempo. Julieta manifiesta su desesperación ya que teme contrariar a su padre, pero por otra parte es la esposa de Romeo. Cuando se retira Capuleto, Fray Lorenzo conforta a la joven y le entrega un narcótico, el que deberá tomar momentos antes de la ceremonia. La bebida le dará la apariencia de muerte por cuarenta y ocho horas; luego podrá huir con Romeo. Julieta sigue el consejo de su confesor e ingiere el narcótico, el que no tarda en producir sus efectos. Julieta cae aparentemente muerta ante la consternación y asombro de sus familiares.
Quinto Acto
La cripta de los Capuleto
Julieta yace en sopor sobre un lujoso catafalco. Romeo no ha recibido el mensaje de Fray Lorenzo, por lo que cree a su amada efectivamente muerta. Llega al recinto funerario y la abraza con inmenso dolor. Provisto del veneno que ha de permitirle reunirse con ella, lo toma sin vacilar. Cuando empieza a sentir sus efectos, Julieta despierta de su letargo. Pero es demasiado tarde; los amantes sólo tienen tiempo de darse el último adiós. Para morir con Romeo, Julieta busca el frasco del veneno pero lo encuentra vacío. Entonces toma el puñal que su amado lleva en el cinto y lo hunde en su pecho. Ambos confundidos en apasionado abrazo, entran unidos en el sueño eterno

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